CORAZÓN DESPIERTO

Apenas nacía un nuevo día de la primavera el dolor lanzaba un duro golpe a la gente humilde de los barrios bonaerenses. En la localidad de Moreno se realizaba una “fiesta” clandestina donde los desmanes, fruto del alcohol y las drogas, se llevaban la vida de un inocente joven, dejando decenas de heridos y hasta el momento varios desaparecidos. 

Tal como en una negra novela cinematográfica, el ingreso al oscuro evento debía estar acompañado por bebidas alcohólicas o drogas y a nadie incomodaba si los jóvenes parroquianos portaban armas blancas o de fuego. 
El resultado, el lógico si juntamos pólvora con llamas: estalló la más cruel violencia sin sentido alguno, más que el de coronar al imperio del mal.  
Las crónicas expresan que participaron cerca de mil personas del luctuoso episodio, entre ellas muchos jóvenes de 13 y 14 años de edad. Corridas, pedradas, punzantes heridas, se extendieron por todas las inmediaciones del lugar. 
Claro, este triste fenómeno no es exclusivo de las humildes y populosas barriadas de la provincia de Buenos Aires. Recordemos el evento en Costa Salguero en la fiesta de música electrónica donde fallecieron cinco personas envenenadas por drogas elaboradas. Cinco muertos y otros tantos internados en estado reservado. La droga está presente en TODOS los segmentos sociales. 
Desde el precario y demoledor “Paco” hasta las costosas pastillas malévolamente diseñadas para aturdir de una sola vez y para siempre la conciencia del individuo. 
Los ejércitos narcos están entre nosotros y no toman prisioneros, sólo oscuridad y muerte garantizan. 
Un corazón despierto en ideales es la única garantía para que nuestros jóvenes no sean empujados al abismo de la inconciencia. Nosotros, los padres, somos los primeros responsables de la seguridad de nuestros hijos. No miremos para otro lado, cumplamos con nuestro deber. A la par trabajemos socialmente en objetivos de formación de valores como auténtico escudo de protección para las nuevas generaciones. 
Ya sea Moreno o Costa Salguero el diagnóstico es similar. Pobres y ricos son acosados por el mismo mal de estos vertiginosos tiempos de hueca inmediatez. 
La gloria solo se alcanza transitando el largo camino del esfuerzo disciplinado. Los atajos sólo conducen al pantano de la infelicidad. 
Existe un solo camino seguro: el del esfuerzo, el del trabajo con la solidaridad a flor de piel. En la felicidad del prójimo encontramos nuestra propia infinita alegría interior. 
En el corazón despierto de los fraternales sentimientos no hay lugar para el suicidio de ingerir veneno. 

                     Máximo Luppino

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