El glamoroso “canto de sirenas” de Cambiemos ha deambulado de semestre en semestre, de promesas en promesas, de ensayo a error, por postulados de campaña NO cumplidos.
En tanto la realidad basada en hechos concretos, luego de más de 13 meses de gobierno de Mauricio Macri, demuestra que a los “chicos del Newman” poco les importan los necesitados y empleados. Parecen sólo favorecer a los poderosos de siempre. “Socorren” a los grupos ya consolidados económicamente, legislan para favorecer a los imperios financieros internacionales. Tal es el caso de regalar nuestro oro a las mineras multinacionales sin siquiera abonar un gravamen de exportación.
Se despiden empleados en pos de una dudosa modernidad que en verdad es acrecentar la enorme multitud de desempleados y carenciados. Modernidad significa mucho más que implementar adelantos técnicos necesarios para una mejor gestión. Modernidad en su hemisferio sensible y humanista implica integrar e incluir a las personas y especialmente a los niños y jóvenes al universo del progreso y buenas perspectivas de desarrollo para manifestar sus cualidades en favor de la comunidad.
La economía al servicio del hombre para lograr la tan ansiada Comunidad Organizada es lo correcto; lo contrario, la acumulación de bienes para desarrollar poder mundano de grupos de poder oscuros, es capitalismo profano e imperialista.
El saliente ministros de economía, Prat Gay, dijo: “La inflación dejó de ser un problema, está bajo control” La realidad es que la inflación del 2016 marcó la tenebrosa cifra de más del 40% anual. El nuevo ministro, promete mucho más de lo mismo.
En este enero del nuevo 2017 los combustibles aumentaron un 8%. El ministro Aranguren aseguró que no será el único aumento del año. Además, sin anestesia, se anunció incrementos en luz, gas y agua, como para que vayamos sufriendo a cuenta.
Llenar un tanque de combustible de un automóvil modesto requiere de más de $1000. Sumemos además el aumento de peajes de hasta un 150% en algunas rutas, también el incremento de las patentes. Poseer un vehículo es casi una hipoteca usurera.
¿En qué oscura fosa vacía de toda esperanza, el gobierno, desea sepultar los sueños de progreso de los trabajadores?
¿Hasta qué punto resistirá la castigada clase media que en una medida depositó esperanzas en Macri y hoy no puede siquiera sostener su modesto pasar económico?
Las elecciones legislativas se aproximan raudamente, y el oficialismo necesita triunfar. Para esto, el inquieto Durán Barba tiene un plan sencillo que puede dar resultados si la población se encuentra distraída. El plan es, además de fragmentar a la oposición, inyectar dinero en el mercado unos 45 días antes de las elecciones. Entonces, las amarillas sirenas comenzarán a cantar sus tétricas letanías, proclamando que el “cambio” tan deseado ha llegado. En tanto, luego de las elecciones, Macri aplicaría el ajuste más brutal y despiadado de la historia argentina. La emblemática decisión de retirar impuestos al champan desnuda la frívola naturaleza de Cambiemos. Mientras la querida provincia de La Pampa está desbastada por el fuego, los funcionarios nacionales ocupan lujosos centros vacacionales. Como si La Pampa les fuera ajena a sus responsabilidades, como si se tratara de una tierra extranjera cuando en verdad La Pampa es cuna de tradición y hombría de bien, la puerta abierta de la Patagonia argentina a la cual pertenece.
¿El pueblo creerá una vez más en las amarillas promesas de los embajadores de los millonarios? Las sirenas de Cambiemos cantarán una vez más, aunque su entonación suena muy desafinada y con falta de confianza. Cambiemos ensaya sus mejores melodías de un “cielo capitalista” que NO existe.
La población mira otras latitudes políticas más cercanas a la gente y a la patria ARGENTINA tan necesitada de un gobierno con auténtica vocación patriótica.
Máximo Luppino
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