TU BANDERA, NUESTRA BANDERA

El hombre se eterniza cuando trabaja para una causa que lo trasciende buscando el BIEN COMÚN. Nuestra BANDERA ARGENTINA nos hermana en la verdad.


 En el gran hemisferio de la síntesis y la simbología universal, las banderas poseen un sitial de privilegio. Significan en la clasificación y distinción de una Nación el definido criterio de vida, la propia e irrenunciable cultura, el SER nacional, aquella “forma” de mirar la realidad bajo el manto tutor de sus inmaculados colores. 
Nuestra bandera nace de la tierra vibrante que latiendo de ansias de pura libertad se vistió de AZUL de poder y sal de mar, empapada en la límpida pureza del blanco espíritu de AMOR incondicional para con el hermano de trinchera. 
La azul y blanca es tu más dilecta vestimenta, tu escudo, nuestra idiosincrasia, la tierra viva que no desea ser abandonada y que debe ser defendida siempre como lo fue desde la gloriosa Vuelta de Obligado hasta la heroica gesta de Malvinas. 
Las batallas fueron muchas y siempre en el vértice más alto nuestra bandera ondeó orgullosa de su libre estirpe americana. 
Obreros, estudiantes, empleados y gente amiga de países vecinos sienten el reparador calor del poderoso SOL de esta hermosa bandera que a nadie discrimina, portadora de libertad y solidaridad para con TODOS. 
Tu bandera, nuestra bandera, la bandera de TODOS, la que debe flamear más allá de los partidismos que amenazan con lastimarnos. 
Argentina tiene mucha inspiración que aportar al concierto de naciones del mundo. Una señal profunda e inequívoca de esto es la firme identidad nacional del Santo Padre, el Papa FRANCISCO, quien entrelazado del venerable universalismo cristiano sorprende al mundo con sus ARGENTINOS modales de calidez y humildad. 
El Papa nuestro, el más grande líder del planeta en la actualidad, ese cura de barrio que conquistó al Vaticano y desde allí al mundo todo. 
FRANCISCO, el argentino cubierto de azul y blanco que llevó nuestro país a ser redescubierto en todo el planeta. 
El grueso de la comunidad nacional aún no dimensionó la trascendencia cósmica de FRANCISCO, pero esta conciencia pronto llegará. 
Cuando puedas vestí nuestra bandera. En un gorro, en remeras y camisas, en donde te guste hacerlo para que el mundo sepa de tu orgullo de ser ARGENTINO. Pero por sobre todo, no olvides tenerla bien en alto en el altar de tu íntimo corazón. 
¡FELIZ DÍA DE LA BANDERA!

                  Máximo Luppino

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