PROGRESO, SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA

Cuando el hambre azota despiadadamente, las familias, las personas sólo piensan en subsistir, en “llenar la olla” alimenticia con algo nutritivo. Poco tiempo hay para debatir si tal o cual medida de los gobernantes es autoritaria o populista, ajustada estrictamente a los cánones constitucionales o si se transita por la cornisa de la legalidad. Sólo se quiere comer, vestir, comprar remedios y se desea imperiosamente apreciar un horizonte de esperanza, donde los esfuerzos se vean garantizados con una perspectiva de armonía económica. 

Así es que términos importantísimos como populismo, constitucionalidad o clientelismo suenan a intrascendencia para aquellos que luchan a brazo partido por el pan cotidiano.  
El capitalismo tal cual impera hoy en el mundo es una “moderna” forma de esclavitud. Los grilletes son las cuentas mensuales que llegan perfectamente a tiempo. Las cadenas del consumo drástico sujetas a precios caprichosos de hipermercados que pisan el precio de origen de los productores y elevan 15 o 20 veces el precio de compra. 
Para los humildes las vidrieras exhiben productos que son inalcanzables para este rango socioeconómico.  
Por un lado, las gigantescas cadenas de supermercados ahogan a los generadores de alimentos y bienes y por otro castigan a los consumidores con montos de valor irreales y abusivos.  Es el capitalismo en su más cruel expresión. 
El estado debe hacerse presente como un elemento moderador que impida el imperio de monopolios que someten a la población a brutales abusos. 
Cuidar la democracia no es solamente someternos gustosos al imperio de la ley, es esencialmente ayudar a los necesitados y crear empleos dignos con salarios que permitan el progreso efectivo de los trabajadores.  Significa el combate franco contra la pobreza, elevar el nivel cultural de la población toda. Saber crear posibilidades de empleo y labor para que una población activa produzca bienes para elevar y elevarse con salarios apropiados. 
Llueve sobre San Miguel y nos preguntamos cuántas monedas están ausentes en el vecindario para que todo hogar pueda saborear con sus hijos dulces confituras. Tortas Fritas, pasteles y chocolate que mitigue el frío reinante. 
Llueve y las gotas de agua estallan llenas de belleza sobre el querido suelo de nuestra comuna. Funcionarios NO se olviden de los pobres, en sus casas está de visita el DIOS que adoran y al cual le rezan oraciones de FE. 
“Los necesitados visten la piel de DIOS” 
Dar trabajo es hacer patria, cuidar a niños y abuelos es sembrar esperanzas ciertas y auténticas en AMOR. 
Bancos llenos de divisas con un pueblo hambreado es un pecado capital de todo Estado que cree gobernar con asientos contables, cuando en verdad debe generar sonrisas en los niños de la patria. 
El penoso fenómeno mundial de los refugiados, el estado planetario de contaminación ambiental generalizado. La amenaza de la probable ausencia de agua potable y la gran concentración de riquezas en el 3% de la población mientras millones mueren por ausencia de un modesto plato de arroz, habla claramente de que el capitalismo actualmente conocido deberá humanizar sus reglas de juego, de lo contrario días más sombríos nos aguardan aún. 
Cada cual, desde su puesto de trabajo, debe sensibilizar su conducta, lo que aquí hacemos repercute por todo el universo. 
Uno de los abanderados de esta transformación es el santo padre FRANCISCO. Por estas ideas auténticamente cristianas es ferozmente atacado por los conservadores ambiciosos y los temerosos de siempre de la inevitable evolución. 
Los hombres elegimos si las transformaciones serán en orden y pacificas o si la violencia detestable NO deseada ganará las calles para hacer oír sus reclamos.
La tan mentada “paz y orden europea” no estuvo presente en Hamburgo, más bien palos, bombas molotov, camiones hidrantes y hasta saqueos de domicilios particulares fueron la nota en Alemania, el país más desarrollado del viejo continente.  
En la reunión del G-20, en la ciudad alemana de Hamburgo existieron manifestaciones por demás destructivas e inconvenientes, pero había pacíficos manifestantes que poseían un atendible punto de vista. 
Cuidar el planeta y garantizar alimentos, vestidos y progreso no es una contradicción, es más bien una necesidad reclamada por los pueblos del mundo. En ARGENTINA el único cambio que se debe apoyar es el de mejor nivel de vida de empleados y trabajadores. Esto es con dinero en sus bolsillos, así la cadena de producción comenzará a movilizarse. 
Una vez más recordamos el mensaje del Papa Francisco, “Cuiden y ayuden a los pobres y necesitados, así servimos a DIOS”
El progreso de las masas populares garantiza la democracia.

             Máximo Luppino

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